Después de realizar la formación para ser  instructor de Kundalini yoga el año pasado, en una masterclass me  preguntaron si estaba preparado para dar clases. Mi respuesta fue que no sabía si estaba preparado para dar clases pero, en cambio, sin ninguna duda pude responder que estoy absolutamente preparado para ofrecer el mismo amor que he sentido recibido de mis formadores  porque, independientemente del valor técnico y profesional indiscutible tanto de Siri Vedya, Sat Nishan, Karta y Gurudass, todos ellos poseen un valor  añadido que en mi caso fueron un punto de inflexión en la forma de volver a entenderme a mí mismo, a la vida y al mundo que me rodea: ellos tienen la capacidad de transformar lo artificial en humanidad y las dudas en amor. Simplemente, agradecerles a todos ellos la labor tan importante que hacen y que sus enseñanzas, su legado se perpetúe  por siempre. Infinitas gracias.